miércoles, 18 de febrero de 2009

Dos o tres nudos

"En todos los ejércitos, la unidad de voluntad y de pensamiento es lo que asegura la victoria sobre los enemigos."
Juan Donoso Cortés. (Filósofo Español. 1809-1853)


Estudiemos el siguiente pasaje bíblico escrito por el sabio rey Salomón, para lograr comprender de mejor manera lo que Dios desea darnos a conocer:

Eclesiastés 4:9-12
Mejores son dos que uno; porque tienen mejor paga de su trabajo. 10Porque si cayeren, el uno levantará a su compañero; pero ¡ay del solo! que cuando cayere, no habrá segundo que lo levante. 11También si dos durmieren juntos, se calentarán mutuamente; más ¿cómo se calentará uno solo? 12Y si alguno prevaleciere contra uno, dos le resistirán; y cordón de tres dobleces no se rompe pronto.

Cierto día me encontré con que el cordón de mi zapato, era demasiado liso y el simple nudo que lo sujetaba se desataba a cada momento. Sin importar la fuerza con que lo hiciera, al final era lo mismo, únicamente prolongaba un poco el momento. Tuve que ingeniármelas para atarlos de otra manera ya que esta situación era muy molesta y me evitaba desplazarme amenamente; la mejor opción fue la aplicación de dos o tres nudos, uno sobre del otro. No volvieron a desatarse hasta el momento debido.Si no hubiese resuelto la situación de mis zapatos, podría haber caído en cualquier momento, tras haberme enredado con uno de ellos, es más, si me hubiese apresurado a caminar o hubiese corrido para llegar a mi meta, el riesgo de la caída fuese mayor que al comienzo.
La intención no es hablarte de cómo atar tus zapatos, sino de la enseñanza que este y otros pasajes bíblicos revelan al ser humano, y para hacerlo de mejor manera quiero referirme a otra situación de la que en parte puedo testificar:

Muchas veces cometemos el error de creer que somos autosuficientes y no necesitamos de nadie más para salir adelante, inclusive erramos de tal manera que nuestros pensamientos orgullosos y egoístas nos hacen creer que lo que hemos logrado obtener ha sido únicamente gracias a nuestros esfuerzos, razón por la cual nos cuesta mucho agradar o ayudar a nuestro prójimo y nunca retribuimos a Dios ningún tipo de crédito con respecto a nuestros logros, y mucho menos llegamos a agradecerle en algún momento.

El orgullo y la altivez son nuestros enemigos y ni siquiera nos damos cuenta de ello; lastimosamente hasta que ocurre una situación que se desborda de nuestras manos llegamos a comprender que nuestra humanidad no es suficiente y tiene límites…

He sido testigo de la actitud de algunos hombres, en ocasiones empresarios dueños de muchos bienes y estabilidad financiera suficiente. Quienes llegan a creer que nunca necesitarán de alguien más para salir adelante, pero lastimosamente cuando llega el momento de la quiebra, la inestabilidad familiar, el uso de adictivos, el robo, un secuestro o una enfermedad terminal. Las fuerzas humanas se terminan y es hasta ese momento cuando el orgullo y la dureza del corazón llegan a su fin. Descubren que el dinero no es un Dios que lo da todo, y terminan buscando ayuda en otras personas; es hasta en esos momentos precarios que recordamos que hay un Dios verdadero, rogando en una sola oración librar el trabajo de muchos años de olvido sin oración y sin agradecimiento; es allí cuando llegan las oraciones llenas de promesas a Dios a cambio de milagros y, lo peor, es que cuando todo pasa nos olvidamos de dichas promesas y por ende de Dios.

Deuteronomio 8:11-14
Cuídate de no olvidarte de Jehová tu Dios, para cumplir sus mandamientos, sus decretos y sus estatutos que yo te ordeno hoy; 12no suceda que comas y te sacies, y edifiques buenas casas en que habites, 13y tus vacas y tus ovejas se aumenten, y la plata y el oro se te multipliquen, y todo lo que tuvieres se aumente; 14y se enorgullezca tu corazón, y te olvides de Jehová tu Dios, que te sacó de tierra de Egipto, de casa de servidumbre;

Deuteronomio 8:17
Y digas en tu corazón: Mi poder y la fuerza de mi mano me han traído esta riqueza. 18Sino acuérdate de Jehová tu Dios, porque él te da el poder para hacer las riquezas, a fin de confirmar su pacto que juró a tus padres, como en este día. 19Mas si llegares a olvidarte de Jehová tu Dios y anduvieres en pos de dioses ajenos, y les sirvieres y a ellos te inclinares, yo lo afirmo hoy contra vosotros, que de cierto pereceréis.

Salmo 138:6
Porque Jehová es excelso, y atiende al humilde, Mas al altivo mira de lejos.
La convivencia y apoyo entre hermanos viene a constituir una fuerza mayor, un lazo irrompible, y una resistencia que fortalece a cada una de las partes.Este principio bíblico es muy poderoso, cuando logramos comprenderlo y aplicarlo a nuestra vida diaria, todo resulta de mejor manera. Este principio es tan grande y tan especial que Dios lo aplica aún en nuestra vida espiritual:
Mateo 18:19-20
Otra vez os digo, que si dos de vosotros se pusieren de acuerdo en la tierra acerca de cualquiera cosa que pidieren, les será hecho por mi Padre que está en los cielos. 20Porque donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos.
Jesús revela un secreto del reino cuando declara estas palabras, y nos enseña que en el apoyo de dos o tres personas puestas de acuerdo en una petición, allí esta la respuesta.
La congregación y el apoyo mutuo activa la omnipresencia, la omnipotencia y la omnisciencia de Dios en medio de nosotros. (Dos o tres, en un mismo sentir, en un mismo pensar, y con una misma finalidad; reclaman la promesa de Dios de estar presente).
De igual manera Jesús hace relación al cordón de dos o tres dobleces en Mateo 6, y plasmó en su palabra el poder de la limosna u ofrenda, el ayuno y la oración; donde la combinación de estos tres dobleces produce poderosos resultados. Veamos lo que dice la Biblia en otros pasajes:
Hechos 10:30-34
Entonces Cornelio dijo: Hace cuatro días que a esta hora yo estaba en ayunas; y a la hora novena, mientras oraba en mi casa, vi que se puso delante de mí un varón con vestido resplandeciente, 31y dijo: Cornelio, tu oración ha sido oída, y tus limosnas han sido recordadas delante de Dios. 32Envía, pues, a Jope, y haz venir a Simón el que tiene por sobrenombre Pedro, el cual mora en casa de Simón, un curtidor, junto al mar; y cuando llegue, él te hablará. 33Así que luego envié por ti; y tú has hecho bien en venir. Ahora, pues, todos nosotros estamos aquí en la presencia de Dios, para oír todo lo que Dios te ha mandado.34Entonces Pedro, abriendo la boca, dijo: En verdad comprendo que Dios no hace acepción de personas. Cornelio abrió las puertas a los gentiles al ayunar, orar y dar limosnas, y dio a conocer a Pedro que Dios no hace acepción de personas.

Otro pasaje bíblico revelado en los Hechos de lo apóstoles, relata que cuando desciende el Espíritu Santo en Pentecostés, las personas que conformaban la comunidad de discípulos de Cristo se encontraron asiduos y unánimes en la oración. Dando paso a la primera manifestación del Espíritu Santo en la Iglesia.
El apóstol Pablo recibe su llamado y sanidad de su ceguera después de ayunar y orar. Hechos 9:1-18, y asi sucesivamente encontraremos un sinnúmero de pasajes que tienen relación con esta enseñanza, donde Dios revela la necesidad de amarrar el cordón con dos o tres nudos.
Gálatas 6:9-10
No nos cansemos, pues, de hacer bien; porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos. 10Así que, según tengamos oportunidad, hagamos bien a todos, y mayormente a los de la familia de la fe.

Apoyémonos en todo ayudándonos unos a otros en toda situación, rogando e intercediendo a Dios por nuestros semejantes. Al final lograremos conseguir nuestras metas y lo mejor de todo; lograremos la presencia y el apoyo de Dios, con este aliado ¿qué no podremos alcanzar?.

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